Esbozo
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Este artículo trata sobre el episodio #128 del manga Ataque a los Titanes. Para el capítulo del manga con el mismo nombre, véase Traidor.
Traidor (裏切り者 Uragirimono?) es el capítulo #128 del manga Ataque a los Titanes. Fue escrito e ilustrado por Hajime Isayama.
Resumen[]
Magath y Hange se encuentran observando el puerto desde una colina y conversan acerca de lo que los Jaegeristas podrían hacer con el Hidroavión y se preguntan por qué aún no lo han destruido, quizá porque en realidad no saben muy bien cuáles son sus intenciones, además de que es una pieza importante de tecnología que no sería fácil de recrear en un mundo destruido, pero si supieran que quieren detener a Eren, lo destruirían sin más. Detenerlos será difícil incluso con el poder de varios titanes a su disposición. Si no pueden ganar esta batalla, jamás podrán derrotar al Titán Fundador, la única solución es matarlos a todos ahí, en ese mismo momento... al menos esto es lo que sugiere Annie, pero a Connie no le parece tan buena idea y Mikasa explica que un ataque indiscriminado solo dejaría a los Azumabito atrapados en el caos. A Annie no parece importarle mucho, sin embargo Pieck entiende la situación; necesitan a los ingenieros Azumabito para que Onyankopon pueda no solo pilotar el hidroavión, sino que hacerlo volar.
Annie sugiere un nuevo plan; proteger el bote mientras ganan tiempo, pero ¿significa eso no matar tampoco a los Jaegeristas? Jean piensa que es lo ideal, pues son sus conocidos de cuando estaban en la Tropa de Reclutas del Ciclo Nº104. Annie vuelve a poner a prueba la voluntad de los soldados al confrontar sus sentimientos, entonces le pide a Armin que cuente su plan tal como cuando reveló que ella era el Titán Hembra. Pieck sabe que no hay opción, pero a Connie le cuesta entender cómo es que planean salvar vidas pero poniendo las vidas de otros en juego. Así que Annie les dice que no están obligados a hacer nada de lo que están planeando, pues ellos no son esa clase de personas, ellos jamás habrían destruido las Murallas si de ellos dependiera.
En ese momento Reiner piensa en su último encuentro con Eren, cuando este le dijo que ambos eran iguales. ¿Era esto a lo que se refería? ¿Ambos eran capaces de matar personas sin una pizca de remordimiento? La solución que propone es que él, junto a Pieck y Annie pelearán, mientras que el resto puede quedarse viendo y tomar una decisión solo en el momento que se vean acorralados, pero hasta entonces, no deben pelear. ¿Se quedarán viendo simplemente? Hange dice que ella peleará, no quiere ser una espectadora más. Además, no queda tiempo, los Titanes Colosales ya están llegando a Marley. Para este punto Magath ya está desesperado y agrede a Yelena con el fin de saber dónde se encuentra Eren. Yelena, ya en su límite, se da cuenta que no quiere morir hasta ver lo que suceda, confesará dónde está Eren cuando puedan volar.
Magath ve a Gabi y se dirige a Connie, Armin, Mikasa y Jean para disculparse con ellos por pretender que son demonios, estaba equivocado, pero tenía miedo de abrir los ojos y ver todo lo despreciable de su propia nación, solo estaba justificando sus acciones, poniendo los pecados del pasado en los Eldianos que tenía en frente. Luego se dirige a Pieck, Annie y Reiner para decirles que no tienen que agobiarse con el odio del mundo, pero que deben contar la historia tal como es; una historia manchada con sangre totalmente en vano, pues cada uno es responsable de sus propias acciones y, de seguir justificándose, las guerras jamás acabarán. Sorpresivamente, Armin se niega a aceptar las disculpas, no porque no quiera perdonar a los Marleyenses, sino porque ellos también se han ensuciado las manos; no hay nada que perdonar.
Floch, mientras tanto, habla con Kiyomi Azumabito y le dice que ante un evento de tal magnitud ni siquiera su nación, Hizuru, sobrevivirá, sino que será una nueva tierra libre de problemas. A la sra. Azumabito no le queda otra opción que cooperar, si no solo perderá a más de sus hombres. Kiyomi no se queda cayada, sino que, desafiantemente, le pregunta por qué está tan feliz; aunque Paradis sea la única nación, seguirán habiendo asesinatos dentro de ese pequeño mundo. Floch pierde la paciencia y comienza a decirle que conozca su lugar, pero en ese mismo momento escucha cómo alguien lo llama a gritos desde afuera; es Armin quien, desesperadamente, le comienza a decir que estaban persiguiendo al Titán Carguero y al Titán Acorazado y que no podían dejarlos escapar, que necesitaban el hidroavión. Los Jaegeristas están desconcertados, pero Armin les "recuerda" que ellos mataron a Jean y Onyankopon y que son el enemigo. Sin perder más tiempo, él y Connie van hacia donde está el bote, solo para encontrarse con Samuel y Daz, quienes intentarían detenerlos, pues hay rumores de que están aliados a Marley, pero a pesar de que intentan confiar en ellos, tienen la sensación de que igual protegerán incluso al enemigo. De todos modos comienzan a desconectar los explosivos y solo queda esperar que distraigan a Floch, quizá así no sea necesario derramar sangre.
Floch comienza a preguntarse por qué perseguirían a los titanes a caballo, siendo que, en la dirección que iban, era mucho más fácil usar la locomotora, sabe que algo están tramando, por lo que apunta con su arma a uno de los ingenieros. En es momento Kiyomi detiene su brazo y se escucha un disparo. Al escucharlo, Armin piensa que fallaron, pero en realidad el arma no disparó a nadie y Azumabito fue capaz de reducir a Floch con una llave. Cuando están a punto de matarla, entra Mikasa por una ventana y detiene a los que la iban a ejecutar. Floch logra usar su Equipo de Maniobras Tridimensionales para liberarse de Kiyomi y sale por la ventana para avisar que los están traicionando o, más bien, a Eldia. Mikasa insta a los presentes en la sala a correr, pues el ataque con Lanzas Relámpago es inminente, por suerte nadie más sale herido. Sin embargo, ahora que empezó la batalla, no queda más que matar a todos los Jaegeristas. Justo en ese momento intentan emboscarlos nuevamente, pero Magath, Jean y Hange les disparan, efectivamente comenzó una matanza que era inevitable.
Daz comienza a desconectar los explosivos y Armin le dice que se detenga, pero Samuel le da dos disparos en el pecho y uno en la mandíbula, cayendo al suelo. Le dicen a Connie que no se mueva y a Daz que se apure a hacer estallar el hidroavión. Samuel recuerda cuando dijeron que algún día tendrían sus propias tierras y comerían carne juntos, triste, desconcertado.
Mientras los Azumabito han escapado hacia el sótano Floch se pregunta por qué se habrían arrinconado, aparecen Annie y Reiner por detrás para transformarse en titán. Aprovechando la explosión, Connie se lanza sobre Samuel para neutralizarlo. Yelena dice que lo único que no se le puede quitar a la humanidad es la violencia. Los titanes ya están matando Jaegeristas, y Daz aún no ha destruido el hidroavión. Armin aprovecha para neutralizarlo a él también, pero este le apunta en la cabeza, Connie se ve obligado a defenderlo y mata a Daz, acto seguido, mata a Samuel. Lo último que este pudo decir fue que pensó que estaban del mismo lado, lo que les recuerda la traición de Berlolt y Reiner, al secuestrar a Eren. Los amigos que pensaban que estaban del mismo lado, al parecer no lo estaban.