En las profundidades de la desesperación (絶望の淵にて Zetsubō no fuchi nite?) es el capítulo #134 del manga Ataque a los Titanes y el último del volumen #33. Fue escrito e ilustrado por Hajime Isayama.
Resumen[]
¡Spoiler!
Cuidado, desde esta sección del artículo se revela parte de la trama que puede que aún no conozcas. |
Historia Reiss está dando a luz con la ayuda de las parteras y comienza a llorar.
Mientras tanto, el mundo se encuentra en un completo caos. Gente de distintas razas y credos observan con dolor y súplica la llegada de los Titanes Colosales. No se perdona la vida de nadie, multitudes se aglutinan y corren para intentar salvarse, mientras muchos caen por barrancos, llegando a la muerte de todos modos. Antes de morir, una madre suelta a su hijo con el fin de que otros puedan salvarlo y otros intentan rescatarlo también. Aún existe la compasión.
Los Eldianos de Liberio han llegado al Fuerte Slava para encontrarse con la desagradable sorpresa de que no quedan más dirigibles, pues han ido a atacar a los titanes. Un soldado Marleyano comunica por radio que solo que da un muro qué defender, pero que, sin embargo, no es solo culpa de ellos haber tenido que llegar hasta ahí, sino de todos los adultos que se dejaron cegar por el odio llegando al punto del adoctrinamiento y la desresponsabilización de sus actos a través de culpar a los demonios de la Isla, eso es lo que creó a Eren Jaeger. Cada uno debe jurar no cometer los mismos errores si detienen a ese monstruo.
Karina Braun recuerda su embarazo y el posterior nacimiento de su hijo Reiner Braun, así como la falsa felicidad que sintió cuando este se convirtió en Guerrero. En ese momento cae al suelo en desesperación y su hermano y el Sr. Leonhart le preguntan si está bien, a lo que ella contesta con dolor que siempre usó a su hijo como una máquina de venganza. El padre de Annie asume el mismo pecado. Es necesario que entre todos comiencen un nuevo mundo libre de odio. Si quieren matar a Eren Jaeger, también deben matar a sus propios demonios.
Comienza el bombardeo al Titán Fundador y a los Colosales, pero empiezan con demasiada antelación y no parece que vaya a dar ningún resultado. Aparece el Titán Bestia de entre los huesos del Fundador y devuelve los proyectiles pulverizados a los dirigibles haciéndolos caer. Ya no hay oportunidad. Marleyanos piden perdón, familias se reúnen en sus últimos momentos.
El Sr. Leonhart dice que seguramente su hija y Reiner siguen a salvo en Paradis y que no morirán antes que sus padres, con eso basta para ellos. Los Colosales están más cerca, pero los niños ven algo a lo lejos; es el Hidroavión. Los muchachos se apresuran a saltar, pero Onyankopon está decidido a pilotar hasta estar justo sobre el Fundador para que el ataque sea eficaz, luego él mismo se las arreglará para aterrizar. Sin embargo, deben darse prisa, pues el Bestia los está atacando, al menos ya no deben buscar a Zeke. Ya están listos para saltar, Pieck lleva los explosivos y el resto sus lanzas relámpago, Reiner se transforma sobre el Bestia para embestirlo y su madre lo observa desde lejos. Pieck también se transforma, procurando llevar los explosivos a la cabeza del Fundador. Marleyanos se dan cuenta que los "enemigos" de Paradis han venido a detener el Estruendo. Mientras desciende del hidroavión, Armin le pregunta a Eren qué parte de él es libre.