Este artículo trata sobre el capítulo #86 del manga Ataque a los Titanes. Para buscar otros términos con el mismo nombre, véase: Aquel día (desambiguación)
Ese día (あの日 Ano hi?) es el capítulo #86 del manga Ataque a los Titanes y el último del volumen #21. Fue escrito e ilustrado por Hajime Isayama.
Resumen[]
Los recuerdos de Grisha en una misteriosa civilización fuera de las murallas son encontrados en el primer libro que él dejó en su sótano, el día que aprendió la cruda realidad del mundo. Cuando era un niño, Grisha y su hermana Faye salieron de su hogar en la zona de internamiento de Liberio para ver el vuelo de un dirigible. Antes de partir, su madre les recuerda que deben ponerse las bandas en sus brazos, y le pide a Grisha que no salga de los muros.
Ambos cruzan la ciudad y finalmente llegan a tiempo para ver el dirigible. Faye observa entusiasmada el dirigible y se pregunta acerca de su funcionamiento, Grisha le dice que éste está propulsado por hidrógeno caliente el cual eleva lo suficiente al vehículo para ser dirigido, Faye le dice que probablemente el dueño sea un tipo millonario, y salta con el fin de llamar la atención de éste. Faye afirma que algún día se volverá millonaria y entonces conseguiría un dirigible. Después de escuchar las ensoñaciones de su hermana, Grisha decide llevarla fuera de las murallas del gueto para ver el aterrizaje del dirigible, a pesar de que Faye expresa su desacuerdo. Los dos pasan por la puerta ante los desconcertados soldados que la vigilan, quienes les piden que regresen. Una vez al otro lado, Grisha y Faye son vistos con desprecio por los ciudadanos que se cruzan con ellos, lo que causa el temor de Faye. Finalmente, llegan al dirigible, y lo admiran hasta percatarse de que dos militares también están en el lugar.
Uno de los soldados, llamado Kruger, les pregunta si acaso proceden del gueto Liberio. Grisha asiente y el soldado les pide sus permisos para salir del gueto. Grisha responde que se los ha olvidado, por lo que el soldado le da a elegir entre una sanción o trabajos forzados, y Grisha opta por la sanción remarcando que él asumirá toda la responsabilidad para proteger a su hermana. Kruger da el visto bueno y golpea a Grisha, llamando la atención de su compañero (por la dureza de éste) que se ofrece a escoltar a su hermana de vuelta al gueto. Faye es acompañada por el soldado y Grisha permanece un rato mirando el dirigible gracias al permiso de Kruger, quien afirma que hubiera sido peor si no llevasen sus brazaletes.
Cuando Grisha vuelve a casa, no encuentra a Faye por ninguna parte. Más tarde, su cuerpo mutilado fue hallado en la orilla del río. Cuando ambos soldados fueron a dar explicaciones a la casa de los Jaeger, quien supuestamente escoltó a Faye, afirma que no sabe que le sucedió y que no se responsabilizarán de lo que sucediera después, puesto que son hombres ocupados. El soldado remarcó la impertinencia de Grisha a sus padres, preguntándoles si no le han enseñado sobre los crímenes de sus ancestros. Grisha sabía que mentían, ya que estaban mirando el dirigible tranquilamente, pero no podía soportar la angustia de su madre al recibir la noticia ni que su padre asintiera a todo lo que los soldados le contaban.
Luego de que los soldados se marcharan, el padre de Grisha decidió instruir a su hijo acerca de la historia de sus antepasados. Hace 1820 años, Ymir Fritz hizo un pacto con el Demonio de la Tierra, por lo que le vendió su alma a cambio del poder de los titanes. Después de que Ymir muriera, su "alma" fue dividida en "nueve titanes", quienes fundaron el imperio eldiano, que derrocó al imperio de Marley. Después de eso, la gente de Eldia, conocida también como "la gente de Ymir", empezaron una era de terror a lo largo del continente, haciendo desaparecer a las tribus que consideraban inferiores. Esta persecución y limpieza de sangre duró por 1700 años, hasta que los marleyanos se rebelaron contra los eldianos en la Gran Guerra de los Titanes, obteniendo siete de los nueve poderes de titán, ganando la ventaja y en consecuencia, la guerra. El rey de los eldianos, Fritz, huyó a la isla Paradis junto a gran parte de su gente, y construyó tres grandes murallas para proteger a su pueblo. Sin embargo, no todos los eldianos escaparon a la isla, algunos fueron dejados atrás en Marley, y en vez de ser eliminados, se les dejó vivir subyugados como ciudadanos de segunda clase.
Aún después de haber escuchado toda la historia, Grisha siguió pensando que su padre era un cobarde incapaz de oponerse a los asesinos de su hija, por lo que les confesó a sus padres que los soldados mentían y que probablemente habían asesinado a Faye, provocando la ira de su padre que le obligó a callarse a gritos. Su padre añadió que si no permanecían en silencio, serían enviados a la isla Paradis debido a los crímenes de sus antepasados de persecución y segregación étnica. Grisha accedió a callarse preguntándose quién estaba mal, él o el mundo, o tal vez ambos.
A los 18 años, Grisha hereda la clínica de su padre. Uno de sus pacientes era un miembro de un grupo de resistencia conocido como "los Restauradores de Eldia", quienes se identifican por una cicatriz en forma de cruz a un lado del pecho. El hombre revela a Grisha la verdad tras la muerte de su hermana, y lo convence para que se les una. Al enterarse de que Faye fue atacada por perros para el disfrute de los soldados, Grisha se llena de ira y deseos de venganza, se une a la resistencia y jura vengarse de Marley.
La resistencia tiene a un espía posicionado en el gobierno de Marley, conocido por el nombre clave "El Búho", quien les provee de armas, información y documentos históricos. Al leer uno de los manuscritos antiguos, Grisha revela a sus compañeros que, a pesar de obtener el poder de los titanes, Ymir Fritz no lo usó para el mal, sino que trajo paz y prosperidad a su gente. Aunque Grisha no entendió gran parte de lo que leyó, decidió instar a sus compañeros a creer en Ymir fervientemente y rechazar el conocimiento impartido por Marley. En ese instante, una enviada de "El Búho" aparece, y se presenta como Dina Fritz, la última descendiente de los Fritz en Marley. Dina revela que el 145° rey Fritz poseía el poder del Titán Fundador, lo que le permitía controlar a los otros titanes, y a su vez, sería suficiente para derrocar a Marley. Cuando se le pregunta a Dina por qué el rey Fritz no usó tal poder, esta responde que el rey rechazó la idea de combatir debido a sus ideales, por lo que huyó a Paradis y dejó a los eldianos en Marley a merced de sus enemigos, lo cual fue el detonante de la Gran Guerra de los Titanes. Después de escuchar esto, Grisha declara que será su trabajo regresar el poder del Titán Fundador a donde pertenece, a los eldianos que se quedaron a combatir en lugar de huir.
Al año siguiente, Grisha y Dina se casan y tienen un hijo al que llaman Zeke. Grisha estaba convencido de que su hijo con sangre real los conduciría a la victoria.
Los años pasaron, y los Restauradores de Eldia ganaron cada vez más fuerza. Un día, el gobierno de Marley anunció sorpresivamente ante los eldianos que el rey Fritz le ha declarado la guerra a Marley. Para contrarrestar la amenaza, el gobierno seleccionará niños eldianos de entre cinco y siete años, quienes recibirán los poderes de titán que Marley tiene en su posesión. Estos niños guerreros y sus familias serán recompensados con el estatus de "honorarios ciudadanos marleyanos". La resistencia se encuentra desconcertada, pues no creen que el rey Fritz declararía la guerra contra Marley de forma tan repentina, hasta que "El Búho" revela mediante una carta que la declaración de guerra es falsa, y la verdadera intención del gobierno marleyano es atacar Paradis y hacerse con sus recursos naturales, sobretodo el combustible fósil, debido a los nuevos avances tecnológicos. La única información real que se tiene del rey Fritz es un mensaje que dejó hace 80 años, cuando partió a Paradis: si alguien se atrevía a atacarlos, liberaría a las decenas de millones de titanes del interior de las murallas y arrasarían el mundo. Para evitar provocar al rey Fritz, Marley infiltraría sus fuerzas en las murallas para acabar con los eldianos y reclamar el poder del Titán Fundador como suyo.
Sabiendo que las acciones de Marley evitarían la restauración de Eldia, Grisha decidió entregar a Zeke como un guerrero marleyano, y recuperar el poder para ellos de ese modo. Grisha educó a Zeke con el orgullo de ser un eldiano, y a su vez, como un leal guerrero marleyano. No obstante, cuando Zeke cumplió siete años, traicionó a sus padres ante el gobierno marleyano, revelando los planes de la resistencia. Como castigo, Grisha, Dina y los otros rebeldes serían condenados a vagar en Paradis eternamente como titanes sin inteligencia.