El Titán de Ataque (進撃の巨人 Shingeki no Kyojin?) es el capítulo #88 del manga Ataque a los Titanes. Fue escrito e ilustrado por Hajime Isayama.
Resumen[]
Mientras el Búho continúa su masacre, los soldados marleyanos se quedan sin munición. El Búho usa su forma de titán para eliminar a todos los militares, destruir su barco de vapor, y arrojar sus restos al océano. El Búho se asegura de deshacerse de todo rastro posible que hayan dejado los soldados marleyanos, ante la mirada de un impactado Grisha.
Tras emerger de su titán, el Búho se dirige hacia Grisha, a quien libera de sus ataduras. El Búho se presenta formalmente como Eren Kruger, un poseedor de uno de los nueve poderes de titanes y un eldiano. Kruger explica a Grisha que le fue posible hacerse pasar por marleyano gracias a un médico eldiano, quién falsificó los registros médicos de ambos, lo que le permitió infiltrarse entre las autoridades de seguridad pública. Kruger alaga a Grisha por haber tomado el liderazgo de los Restauradores de Eldia siendo tan joven, haber tenido un hijo con Dina Fritz y haber infiltrado a Zeke entre los guerreros marleyanos, a pesar de que al final, las consecuencias de sus acciones tuvieron resultados nefastos, tal como Grice dijo. Grisha está de acuerdo, señalando que fue un pésimo padre, esposo y hombre, y demanda molesto saber por qué Dina no fue salvada en su lugar, ya que su sangre real la hacía especial. Kruger le pide que se tranquilice, lo que irrita más a Grisha, quien exige saber además por qué no se transformó antes para salvar al resto de sus compañeros de ser transformados en titanes. Antes de poder responder, Kruger cae de rodillas, aparentemente exhausto, y le dice a Grisha que en el pasado, ha torturado y transformado en titán a muchos otros compatriotas eldianos, pero que fue todo por el bien de Eldia. Kruger aclara que su tiempo es limitado, y que encargará el resto de su misión a Grisha.
Kruger y Grisha se sientan al borde de la muralla y conversan. Kruger le dice a Grisha que, de no haberlo detenido el día en que su hermana fue asesinada por Gross, tal vez podría haberla salvado, aunque Grisha admite que probablemente, habría terminado muriendo junto a ella. Kruger confiesa que parte de la razón por la cual escogió a Grisha para formar parte de los Restauradores de Eldia fue debido al odio que empezó a sentir por Marley aquel día. Kruger aclara que el también sintió el mismo odio durante su niñez, cuando presenció a su familia ser quemada viva, debido a que su padre había decidido formar parte de un grupo de resistencia. Kruger se ocultaba en un armario, y luego de que su casa se quemara, fue rescatado por amigos de su padre; desde ese día, juró venganza contra Marley, pero eso implicó torturar y transformar a la gente que juró proteger, todo con el fin de que su identidad no fuese descubierta. Grisha le pregunta a Kruger cuál será su misión, y éste le explica que debe entrar a las murallas y recuperar el poder del Titán Fundador, usando el poder que obtendrá de él, lo que significa que Grisha deberá transformarse en titán y devorarlo. Grisha le pregunta por qué debe hacerlo él, y no el propio Kruger, y éste le explica que, aquellos que obtengan uno de los nueve poderes, morirán en trece años, y él obtuvo su poder hace trece años. Kruger no se lo dijo en el pasado, porque de haberlo sabido, habría dudado en hacer a Zeke un guerrero marleyano.
En el presente, Eren le comenta a Armin que Kruger llamaba a ese corto periodo de vida "la maldición de Ymir". Armin escribe lo que Eren le dice, mientras este último agrega que Ymir Fritz, la primera titán, murió trece años después de obtener sus poderes; tan grande era su poder, que debilitó su cuerpo durante sus últimos años de vida. Armin señala que la familia Reiss efectuaba la ceremonia de sucesión cada trece años, lo que pareciera confirmar las palabras de Kruger, lo que implica que él tiene trece años más de vida, y Eren solo ocho. Mikasa, consternada, se niega a aceptar que sea cierto. Eren explica que, si uno de los poseedores de los nueve poderes de titán muere sin que nadie obtenga su poder, éste es repentinamente heredado por un bebé eldiano aleatorio, sin importar la distancia o las relaciones sanguíneas, lo que parece indicar que todos los eldianos están conectados de alguna forma. Eren señala que un sucesor vio "caminos" invisibles, caminos que transfieren los poderes a sus sucesores y forman la sangre y huesos de los titanes, así como algunas ocasionales memorias. Todos esos caminos se cruzan en una misma Coordenada: el Titán Fundador.
Kruger le explica a Grisha que toda la gente de Ymir está conectada a través de esa Coordenada y los caminos que trascienden el espacio físico, al menos esa es la opinión de la Sociedad de Investigación de Química Titán del gobierno marleyano. Grisha es incapaz de creer lo que oye, y demanda saber cual es la versión correcta del origen de los titanes, la marleyana o la eldiana. Kruger dice que algunos creen que Ymir Fritz obtuvo sus poderes al entrar en contacto con "el origen de toda la materia orgánica", pero que la verdad en sí misma no existe, cada quién inventa lo que considera verdad a favor de su narrativa. Confundido, Grisha pregunta si Dina realmente era de la realeza Fritz. Kruger confirma que Dina realmente era de sangre real, y ante la insistencia de Grisha, le confiesa que dejó que la transformaran en titán debido a que, si el gobierno marleyano se enteraba de que era una Fritz, la esclavizarían con propósitos reproductivos hasta su muerte, y ser transformada en titán le pareció un destino preferible. Kruger admite que su debilidad le impidió salvar a los otros Restauradores de Eldia, pero de todos modos, sólo aquel que posea el poder de los titanes puede llegar hasta las murallas.
Grisha se niega a aceptar su misión, ya que hasta ese punto, no ha hecho más que fracasar. Al observar el cadáver de Gross, Grisha confiesa que, a pesar del odio que sentía por él, escuchar sus gritos de dolor al ser devorado sólo consiguió aterrarlo. Grisha clama que, de haber sabido todo lo que perdería, jamás habría luchado por la libertad de los eldianos. Kruger le dice a Grisha que su padre fue un hombre inteligente al haber actuado de forma tan sumisa con las autoridades de seguridad pública incluso después de la muerte de su hija, pues su miedo era el instinto natural de querer proteger a su familia y asegurarse de que Grisha no fuera por el mal camino. A pesar de ello, Grisha no aprendió nada de su padre, y en consecuencia, condenó a su esposa e hijo a un infierno. Kruger le pide a Grisha que se levante y pelee, y que prometa que dedicará su vida a restaurar la libertad y dignidad de Eldia.
Grisha continúa negándose, por lo que Kruger le entrega una fotografía de su familia para motivarlo. Grisha se niega a observarla, Kruger insulta su cobardía y desmotivación, pero Grisha señala que es inútil hacerle intentar recordar su odio por Marley. Kruger le dice que, el motivo por el cual lo escogió no fue por su odio, sino porque cruzó las murallas de su zona de internamiento cuando era niño. De no haber sido por eso, Grisha habría tenido una vida normal, no habría conocido a Dina, Zeke nunca hubiera nacido y su hermana hubiese vivido, pero a pesar de todo, optó por la libertad. Faye y los Restauradores de Eldia fueron el precio por esa libertad, y es su deber retribuirlos. Todas las muertes que ambos causaron los perseguirán hasta el día de sus muertes, pero a pesar de eso, su lucha debe continuar. Inspirado por esas palabras, Grisha toma la foto de su familia y acepta su misión.
Antes de que Grisha devorara a Kruger y se las arreglara para llegar a las murallas, donde conocería a Keith Shadis, Kruger le da a Grisha una última pizca de información: todos y cada uno de los nueve titanes tienen un nombre, incluyendo aquel que Grisha heredará de él. Ese titán siempre avanza sin importar qué, buscando y luchando por la libertad. Su nombre es el Titán de Ataque.