Puedo oír su corazón latiendo (心臓の鼓動が聞こえる Shinzō no kodō ga kikoeru?) es el capítulo #9 del manga Ataque a los Titanes y el último del volumen #2. Fue escrito e ilustrado por Hajime Isayama.
Resumen[]
El misterioso titán excéntrico sigue luchando contra los titanes afuera y parece estar haciendo el trabajo por los reclutas. Escéptico, Reiner le pregunta a Connie de lo mucho que realmente saben acerca del misterioso titán. Connie le responde que eso no importa, ya que les salvó la vida.
Con siete titanes de 3-4 metros en la sala de suministros, todavía no son capaces de abastecerse. Buscan cualquier cosa que pueda ayudar, el grupo encuentra algunas armas antiguas en la sede. Mientras que algunos se preguntan por su utilidad, Armin es capaz de formar una estrategia. Con el elevador, un grupo armado con armas de fuego bajara hasta la habitación para llamar la atención de los titanes. Cuando los titanes se acerquen, estos deben dispararles a los ojos, cegándoles temporalmente. Un segundo grupo esperara arriba, a continuación, saltaran e irán directamente a su punto débil.
La gran cantidad de riesgo causa que Armin se deprima. Mikasa consuela a Armin, diciendo que su habilidad para crear estrategias la ha salvado tanto a ella como a Eren en el pasado. Él empieza a preguntar cuándo, pero se truncó en obtener una respuesta cuando se prepara el ascensor. El segundo grupo se prepara y se colocan en posición. El grupo uno baja por el ascensor, ganando rápidamente la atención de los titanes. Nerviosos y ansiosos, esperan a que los titanes estén lo suficientemente cerca. Casi encima de ellos, el grupo uno dispara sus armas a los ojos de los titanes. El grupo dos salta hacia abajo, acertando la mayoría en sus objetivos, pero Sasha y Connie no logran matar a sus objetivos. Mikasa y Annie se apresuran para llegar a tiempo y logran eliminar a sus respectivos objetivos.
La habitación está ahora libre de titanes, los solados se mueven para reabastecer sus fuentes de gas. Tan pronto como sus tanques están llenos, el grupo procede a moverse, a excepción de Mikasa. Armin va a ver lo que está mal. Se da cuenta del misterioso titán excéntrico esta siendo atacado y devorado por los demás titanes y lamentan el hecho de que no podrían aprender más de el. Reiner, Jean, Annie y Bertolt se les unen en la azotea.
Al escuchar la conversación, Reiner está de acuerdo con Mikasa y sugiere ayudar al titán. Jean no está seguro, pues no está dispuesto a arriesgar su vida por un titán, sobre todo porque apenas sobrevivieron a su último encuentro. Annie también está de acuerdo, sobre todo con la posibilidad de tener un titán como un aliado. De la nada, Armin alcanza a ver al titán que mató a Thomas. De repente, el titán excéntrico se libera de sus atacantes, arremetiendo contra ese mismo titán y mordiendo a través de la parte posterior de su cuello. En un solo movimiento, él titán excéntrico arroja al titán de su boca hacia otro titán, enviando a ambos a estrellarse contra un edificio. Con eso, se derrumba, aparentemente agotado. Jean insiste en que ese titán no puede convertirse en un aliado, aclarando que un titán sigue siendo un titán. Sin previo aviso, una columna de vapor comienza a salir de la parte posterior del cuello del titán excéntrico. Del vapor logran ver el cuerpo de Eren Jaeger. Mikasa es la primera en bajar corriendo, seguida por Armin. Milagrosamente, Eren está vivo y lo que es más, el brazo y la pierna que le faltaban se habían regenerado. Los otros observan a todos los titanes muertos y se dan cuenta de que se trataba de la obra de Eren y se preguntan si en realidad tienen a un titán de aliado.