El chico dentro de las murallas (壁の中の少年 Kabe no naka no shōnen?) es el capítulo #94 del manga Ataque a los Titanes y el último del volumen #23. Fue escrito e ilustrado por Hajime Isayama.
Resumen[]
Tras un largo viaje, los oficiales marleyanos y los guerreros eldianos finalmente retornan a Marley. A las afueras de Liberio, los militares descienden del tren y entre ellos Gabi, a viva voz, celebra la llegada a su hogar. Adolorido por la resaca, Colt le pide a Gabi que guarde silencio y Galliard lo increpa por haber bebido tanto la noche anterior, mientras Falco se pregunta quien lo hizo beber en primer lugar. Pieck responde que Colt parecía deseoso de beber algo, Zeke lamenta que éste haya vomitado durante todo el trayecto y Magath opina que debió haberlos callarlos cuando tuvo la oportunidad. Alejando sus pensamientos de la charla, Falco recuerda la conversación que tuvo con Reiner la noche anterior. Cuatro años atrás, el vicecomandante Reiner Braun asumió total responsabilidad por el fracaso de los guerreros en Paradis durante la misión para recuperar el Titán Fundador. Debido a ello, estuvo por perder el poder del Titán Acorazado, pero pudo conservarlo gracias a su profunda lealtad hacia Marley. Falco se pregunta por qué Reiner, el más leal entre todos los guerreros, le pediría "salvar a Gabi" de heredar el Titán Acorazado, algo que pondría en peligro su vida si llegasen a escucharlo. Falco cree que tal vez, Reiner comparte su deseo de liberar a los eldianos de la guerra.
Al voltear para ver a Reiner y Gabi, Falco es encarado directamente por esta última, quien encuentra bastante molesto su comportamiento sospechoso y amenaza con reportarlo. Falco evade las acusaciones preguntándole a Gabi de quien cree que es la culpa de que voltee tanto. Gabi no comprende y los otros guerreros, entre risas, le aclaran que la culpa es de ella. Mientras Gabi, indignada, niega que eso sea cierto, Falco se pregunta si puede confiar en Reiner.
Los guerreros se dirigen al gueto caminando por las calles de Liberio, ante las despectivas miradas de los ciudadanos. Una vez llegan a las puertas de la zona de internamiento, ven a sus familiares esperándolos y van a su encuentro. Zeke se reúne con sus abuelos, quienes lo felicitan por sus logros en la guerra, aunque éste les aclara que su labor aún no ha terminado. Colt y Falco se reúnen con sus preocupados padres, mientras Gabi, con ayuda de Reiner, consigue encontrar a los suyos también. Abrazando a su hija, los padres de Gabi expresan lo orgullosos que están de ella por sus acciones durante el asalto al fuerte Slava. La madre de Reiner, Karina, llega junto al resto de la familia Braun para rencontrarse con Reiner. Karina le pide a su hijo que vaya a casa a descansar y para la alegría de su sobrina Gabi, anuncia que tendrán una pequeña celebración.
Cerca de ahí, Falco nota a varios soldados heridos que están siendo trasladados en fila. Al preguntarle acerca de esto a Koslow, éste explica que esos soldados no solo están heridos, también se encuentran traumatizados por la guerra y no tiene familia, por lo que serán llevados al hospital de la zona. Para probar su punto, Koslow simula el sonido de una bomba, lo que aterroriza a los soldados y los hace tropezar. Falco le pide a su familia que se adelante mientras él intenta ayudar a los soldados. Percatándose de que uno de ellos llevaba su banda eldiana en el brazo incorrecto, Falco la acomoda y lo tranquiliza, diciéndole que ya no debe pelear más.
Más tarde, en casa de los Braun, Gabi relata a su familia como consiguió derribar el tren blindado de las Fuerzas Aliadas del Medio Oriente. Sus emocionados padres proclaman que ella será la salvadora de Eldia y Karina le pregunta a su hijo si cree que Gabi podrá convertirse en una guerrera. Reiner asegura que, teniendo en cuenta su desempeño en el campo de batalla, Gabi definitivamente heredará el poder del Titán Acorazado. Aunque Karina se alegra de escuchar que su familia tendrá dos honorables guerreros, lamenta que los eldianos no puedan tener buena vidas por culpa de los "demonios" de Paradis. Gabi tranquiliza a su tía, prometiéndole que ella y el resto de guerreros se encargaran de proteger a su gente de los "demonios". Los otros parientes de Reiner comentan acerca del peligro que representan para el mundo los "demonios" de Paradis y le preguntan a éste de su experiencia directa con estos cuando se infiltró en las murallas. Gabi los detiene, aclarándoles que lo ocurrido en Paradis es información clasificada y que además, Reiner no necesita recordar las terribles penurias que pasó durante esos cinco años. Sus familiares se disculpan, pero Reiner, ocultando rápidamente una sonrisa, les dice que al menos puede contarles cómo se infiltró en el ejército de Paradis.
Reiner les relata que, durante la ceremonia de iniciación, una recluta empezó a comer una patata descaradamente delante del instructor, y ésta no solo no demostró arrepentimiento al ser reprendida, sino que intentó sobornarlo con un trozo pequeño, clamando que era "la mitad". Reiner aclara que ninguna persona en la isla tenía el más mínimo concepto de compromiso, y que entre ellos había un idiota, un irresponsable, un ingenuo demasiado responsable para su propio bien, alguien lleno de ansias de venganza y aquellos que lo seguían sin importar qué; y entre todas esas personas diferentes, se encontraban los guerreros. Reiner baja la mirada con tristeza e inmediatamente clama que esos días fueron un infierno para él. Percatándose de que su madre lo mira con mucha preocupación, Reiner les pide que olviden lo que acaba de contarles. Gabi, confundida, le pregunta a Reiner a que se refería con "personas diferentes", ya que hasta donde ella tenía entendido, todos en Paradis son malas personas. Karina rápidamente le recuerda a Gabi que la gente de Paradis ciertamente es malvada, y que estos convirtieron el mundo en un infierno en el pasado y lo volverán a hacer si los "buenos eldianos" no los detienen. Mientras fulmina a su hijo con la mirada, Karina clama que es su deber castigar a aquellos que huyeron a Paradis y los dejaron abandonados en Marley.
Más tarde, descansando en su habitación, Reiner recuerda su infancia y cómo terminó por unirse a los guerreros. Cuando era solo un niño, su madre le contó que vivían en una zona de internamiento porque fueron abandonados. Karina le dice que dentro de ellos corre la sangre de demonios que en el pasado, hicieron cosas terribles, por lo que estar encerrados es la mejor opción para evitar que su presencia perturbe la paz del mundo. Además, le confiesa a Reiner que su padre es un marleyano, y no pueden estar con él debido a que es ilegal para alguien de raza eldiana tener esa clase de relación con un marleyano. Karina le pide que guarde el secreto y, llorando, lamenta que Reiner no haya nacido de madre marleyana.
Tiempo después, Reiner se une al programa de reclutamiento de guerreros eldianos, con la esperanza de convertirse en un honorable marleyano junto a su madre. A pesar de sus esfuerzos, Reiner no conseguía destacar en ningún campo. Fue superado en resistencia por Marcel Galliard, en puntería por Bertolt Hoover y en combate cuerpo a cuerpo por Annie Leonhart. No obstante, Reiner se las arregla para ser elegido junto a otros cinco muchachos tras un examen escrito, y le cuenta alegremente la noticia a su madre. Orgullosa, Karina abraza a Reiner y le dice que están a un solo paso de convertirse en honorables marleyanos. Reiner promete heredar uno de los nueve poderes de titán a como dé lugar.
Tras una larga sesión de entrenamiento, los jóvenes guerreros, Reiner, Bertolt, Annie, Pieck, Marcel y Porco descansan junto a un árbol. Otro cadete, Zeke, les informa que el ataque a la isla Paradis empezará en unos cuantos años y que la hora de heredar sus titanes ha llegado. Una vez la guerra contra el sur finalice, la unidad de guerreros será reorganizada como parte de la nueva estructura del ejército y de entre los siete candidatos, solo seis heredarán alguno de los poderes. Feliz al escuchar estas noticias, Reiner cree que finalmente podrá ser un marleyano, pero es sacado de sus pensamientos por Porco Galliard, quien le dice que es el más débil del grupo y será obviamente él quien sea dejado atrás. Con desdén, Porco le espeta que el único aspecto destacable que posee es su lealtad, una cualidad poco impresionante en comparación a los logros de sus demás compañeros. Alterado, Reiner le responde a gritos que los “demonios” de Paradis traerán caos y sufrimiento al mundo si no son detenidos y lo acusa de insultar la misión y de ser un restaurador de Eldia encubierto. Cuando Reiner amenaza con reportarlo, Porco lo golpea en el rostro, haciéndolo caer al suelo. Mientras Marcel intenta separar a ambos, Porco insulta a Reiner, recordándole que él será el único que terminará por quedarse en Marley.
Los hermanos Galliard y Pieck se van junto a Zeke, mientras Bertolt ayuda a Reiner a ponerse de pie. Frustrado por la idea de no poder heredar uno de los titanes, Reiner lamenta tener que esperar trece años más, pero Bertolt le aclara que todavía no saben quién no será elegido. Aun así, Reiner cree poco probable que él herede un titán, ya que realmente es el cadete menos eficiente, aunque Bertolt considera que la lealtad que demuestra es bastante importante, y le pregunta a Annie lo que opina al respecto. Ésta, concentrada en aplastar a un insecto, dice no haber escuchado su conversación y se retira. Mientras la siguen, Bertolt le pregunta a Reiner si no tiene problema alguno en vivir solo trece años con tal de ser un marleyano. Reiner le responde que en trece años, habrá exterminado a los demonios de Paradis, será considerado un héroe por haber salvado al mundo y sus padres estarán orgullosos de él.
Al mismo tiempo, en las murallas de la isla Paradis, Eren mira el cielo aburrido, esperando que algo interesante suceda. A lo lejos, Armin se aproxima a él con un libro en sus manos.