Este artículo trata sobre el capítulo #97 del manga Ataque a los Titanes. Para el episodio del anime con el mismo nombre, véase De una mano a otra.
De una mano a otra (手から手へ Te kara te e?) es el capítulo #97 del manga Ataque a los Titanes. Fue escrito e ilustrado por Hajime Isayama.
Resumen[]
En medio de la noche, en las vacías calles de la capital real, Annie sigue sigilosamente a un misterioso hombre vestido de negro. Annie siente que este sujeto es diferente al resto de oficiales del Gobierno Real, y cree que si lo sigue podrá dar con el rey de las murallas.
El hombre, Kenny Ackerman, desaparece temporalmente de la vista de Annie y acto seguido, aparece sorpresivamente detrás de ella. Kenny remarca sarcásticamente el haber sabido que Annie le seguía todo el tiempo. Repentinamente acorralada, Annie intenta hacerle creer a Kenny que ella es su hija ilegítima, y que pudo reconocerlo gracias a las historias que su madre le contó acerca de él. Kenny ve fácilmente a través de las mentiras de Annie, diciéndole que esa es la clase de broma que más detesta. Sin más opción, Annie ataca a Kenny con una patada. Aunque su ataque falla y Kenny logra ver su rostro, le da el tiempo suficiente para huir del lugar. Annie entra a las alcantarillas y escapa de la capital real a través de estas, logrando además que Kenny desista de seguirla.
A la mañana siguiente, en el cuartel de la Tropa de Reclutas, Connie y Marco intentan predecir el clima en base a la extraña posición en la que duerme Bertolt, hasta de que Reiner interrumpe su charla y los insta a apresurarse, para poco después despertar a Bertolt. Durante el desayuno, Reiner nota que Eren se ve más determinado que de costumbre. Jean comenta que se debe a su penoso desempeño en el entrenamiento de ayer con el equipo de maniobras tridimensionales. Enfurecido, Eren responde que al menos él no entrena únicamente para después huir de los titanes. Jean replica que de todos modos, Eren terminará muriendo enredado en los cables de su equipo mientras carga contra los titanes. Las provocaciones hacen que ambos intenten agredirse, pero Reiner los detiene a tiempo. A la distancia, Reiner nota a Annie, visiblemente agotada.
La noche de ese mismo día, Reiner, Bertolt y Annie se reúnen en privado para discutir acerca de su misión. Annie reporta acerca de su encuentro con el hombre de traje negro la noche anterior y lo extrañamente hábil que es, agregando que si se une a la Policía Militar Interna, este podría reconocerla. Annie sugiere que regresen a Marley con toda la información que han recopilado hasta ahora, pero Reiner responde que estarán decepcionados si retornan con tan poco. Reiner declara que su siguiente movimiento debería ser derribar la puerta de la Muralla Rose, puesto que, independientemente de si el rey de las murallas realmente realizó un pacto para renunciar a la guerra o no, esta es su última oportunidad para hacer que el Titán Fundador se muestre. El mismo día que la Tropa de Reclutas esté en Trost, el Cuerpo de Exploración hará una expedición fuera de las murallas, por lo que deberán causar el caos suficiente como para que incluso los reclutas se vean forzados a combatir, lo que les dará la oportunidad de escabullirse. Después de eso, podrán hacerse pasar por refugiados o incluso por soldados, o esperar a graduarse para ingresar a la Policía Militar. Annie responde que, de seguir ese plan, sus amigos posiblemente terminen por morir. Reiner le recuerda que no son sus amigos, sino demonios, y que únicamente se ha ganado su confianza, a diferencia de ella que se aísla de todos. Asqueada por sus palabras, Annie le pide a Reiner que no se le acerque. Reiner se disculpa con ella por poner siempre todas las responsabilidades sobre sus hombros, y decide concluir su reunión. Mientras regresan al cuartel, Bertolt revela que ha estado teniendo un sueño muy recurrente, acerca del refugiado que se ahorcó poco después de conocerlos, preguntándose porqué les contó su historia antes de suicidarse.
Tiempo después, durante un entrenamiento con el EDM3D, Reiner nota a Eren caer tras perder el control de su equipo. Reiner le pide que tome un descanso, mientras Eren, frustrado por su falta de habilidad, le pregunta a Reiner que debe hacer para ser como él o Mikasa, y entre lágrimas lamenta que de seguir así, morirá sin haber podido hacer nada. Viendo a Eren, Reiner recuerda su entrenamiento como guerrero y todas las dificultades que tuvo que afrontar. Ayudando a Eren a levantarse, Reiner le dice que lo único que puede hacer es seguir avanzando, y que confía en que algún día Eren logrará exterminar a los titanes.
En el presente, y tras recordar varias de sus experiencias en Paradis, Reiner, apuntándose a sí mismo con un rifle, se prepara para acabar con su vida. En ese instante, Falco golpea la pared del edificio donde Reiner se encuentra, frustrado consigo mismo tras una sesión de entrenamiento. Tras escucharlo, Reiner recuerda que los guerreros cadetes son su razón para seguir viviendo.
Lamentando que tal vez sus esfuerzos no sean suficientes para evitar que Gabi obtenga el Titán Acorazado, Falco camina por las calles de Liberio hasta llegar al hospital. En la entrada, varios soldados heridos y traumatizados por la guerra están siendo tratados. Desde una banca, uno de los soldados que Falco ayudó en su llegada a Liberio lo llama, y tras agradecerle por haberlo ayudado ese día, lo invita a sentarse junto a él. Falco nota que las heridas del soldado parecen haber sanado, pero este reconoce no padecer de ningún trauma psicológico o pérdida de memoria, simplemente no desea regresar a su hogar, ya que le sería difícil mostrarse ante su familia. El hombre nota que Falco parece lastimado e intuye que se debe a su entrenamiento para convertirse en un guerrero. Falco lo confirma, pero declara que le será imposible ser un guerrero debido a que es ampliamente superado por otro candidato. El soldado considera que eso es bueno, ya que un buen muchacho como Falco debería vivir una vida larga. Sin embargo, Falco no desea que ese candidato se convierta en guerrero. El hombre pregunta si se trata de una chica, y Falco clama que la candidata de la que habla es talentosa y reconocida por todos. Desanimado, Falco piensa que no tiene el poder de hacer nada al respecto. En respuesta, el hombre reflexiona acerca de la guerra y sus circunstancias, preguntándose qué clase de persona iría a la guerra si supiera que terminaría sin libertad, destrozado física y mentalmente. Sin embargo, hay algo que empuja a todos hacia ese infierno, y aunque la mayoría se vean forzados contra su voluntad, aquellos que se empujan a sí mismo hacia ese infierno lo ven de una forma diferente y son capaces de ver algo más allá de éste, pero eso es algo que solo saben aquellos que continúan avanzando.
Más tarde, Reiner observa sorprendido a Falco corriendo entusiasmado con una carta en sus manos. Reiner pregunta al joven cadete a donde se dirige, pero este solo responde que olvidó algo en los cuarteles, para luego continuar corriendo hacia las puertas de la zona de internamiento.
En el cuartel de los guerreros, Magath es informado por Koslow de la repentina llegada de la familia Tybur. Una vez en la entrada de la habitación donde se encuentran los Tybur, custodiada por su guardia personal, Magath y Koslow son invitados a entrar por uno de los guardias. Dentro, el patriarca de la familia, Willy Tybur, se presenta junto a su familia ante Magath.
Hablando en un lugar más privado, Willy felicita a Magath por haber podido dirigir la unidad de guerreros mejor que cuando esta fue inicialmente formada, y le pregunta si ha podido discernir la identidad del Titán Martillo de Guerra. Magath lo niega, dudando que dicho individuo se encuentre siquiera entre ellos. Willy asegura que incluso entre los rangos más altos de Marley, son pocos los que conocen la identidad del Martillo de Guerra. Magath supone que el líder del cuartel ha de ser uno de ellos, pero tuvo que salir en la mañana por órdenes de sus superiores, y se pregunta si ese hecho y la llegada de los Tybur están relacionados. Willy responde que la razón de su visita fue poder ver la estatua de Helos, un legendario héroe marleyano que derrotó al Demonio de la Tierra y que representa el verdadero espíritu marleyano personificado. Magath remarca que sin embargo, la estatua es hueca. Aunque sorprendido por sus palabras, Willy cambia de tema, mencionando el haber oído que Magath intenta restablecer la conscripción para los marleyanos. Magath explica que la guerra para los marleyanos es algo que solo existe en las noticias, y estos quedan satisfechos al leer que sus fronteras se han expandido, más aún si los que pierden sus vidas son los "demonios eldianos". No obstante, forzar a algunos marleyanos a experimentar el terror en un campo de batalla probablemente no sea suficiente para detener a Marley en su marcha de autodestrucción hacia la guerra.
Magath declara que si el hombre que controla a Marley desde las sombras lo está escuchando, tiene algo que decirle respecto al tema: ya es demasiado tarde. Willy confirma las suposiciones de Magath, revelándole que Marley está bajo la autoridad de la familia Tybur. Sin embargo, Willy agrega que la propia nación de Marley escogió el camino de la guerra y el militarismo, habiéndole los Tybur dado la libertad y el poder a Marley como acto de redención. El deber de los Tybur ha sido el de pasar de generación en generación memorias del pasado junto al Titán Martillo de Guerra, quedando relegados a observadores por propia voluntad. Tanto el oscuro camino que recorren Eldia y Marley, como las inquietantes acciones provenientes de Paradis son culpa de los Tybur, pero Willy asegura que planea revelar la verdad al mundo en el festival que se realizará en Liberio. Afirmando que Marley necesita otro Helos, Willy ofrece a Magath estrechar su mano.
Mientras va a depositar su carta en un buzón, Falco recuerda el favor que el soldado del hospital, el Sr. Kruger, le pidió. Dado que el correo dentro de la zona de internamiento es revisado, el Sr. Kruger le pide a Falco que deposite la carta fuera de esta, ya que podrían enterarse de que está fingiendo estar enfermo. Cuando Falco pregunta si la carta va dirigida a su familia, el Sr. Kruger lo confirma, aclarando que solo desea decirles que se encuentra bien. Falco deja la carta en el interior del buzón y se retira.